CENTRIFUGACION Y BIOSEGURIDAD

NUNCA SIN GUANTES

Químicamente, la centrífuga es un equipo de laboratorio que permite separar dos fases de un sistema heterogéneo. Es muy útil en análisis químico inorgánico para separar un precipitado de sus aguas madres, en bromatología, donde se popularizaron varios modelosos hasta manuales de centrífugas para determinaciones butirométricas, pero donde más protagonismo tiene es el laboratorio clínico. Puede utilizarse para sangre u orina. Hay quienes prefieren una velocidad de no mas de 2000 rpm durante 20 minutos en orinas debido a que muchos elementos como cilindros y células pueden dañarse con una alta velocidad de centrifugación.

En serología es imprescindible.

Las viejas centrífugas Lutz Ferrando no traían ni siquiera tapa fija. Dotadas de un pequeño y noble motor, no poseían timer y, como un accesorio traían un reóstato para variar la velocidad.

Posteriormente, desde la década del 40, una marca líder en Argentina, comenzó la fabricación masiva de centrífugas de calidad. Actualmente en muchos laboratorios coexisten centrífugas de mas de 40 años con otras nuevas y el uso de los tubos de polietileno generó la necesidad de adecuar portatubos mas pequeños, con el consiguiente beneficio de una mayor capacidad de alojamiento. En la actualidad la mayorìa de los laboratorios prefieren 4 portatubos de 5 pruebas pequeñas a 4 portatubos de 4 pruebas grandes.

¿CUALES SON LOS EQUIPOS ADECUADOS PARA UNA CORRECTA SEGURIDAD?

El equipo tradicional ofrece un servicio tradicional para un bioquímico tradicional. El problema es que la tradición se cortó con el advenimiento de nuevas patologías y las conocidas oportunistas en huéspedes inmunodeprimidos. Por lo tanto la centrífuga tradicional (sea o nó de buena calidad), que està provista de un agujero redondo en su tapa, no es segura.

Un "sol", aerosol, generado por la turbulencia del aire movido por el rotor, arrastra partículas y forma una suspensión patógena líquido/gas, que llega al operador si está desprovisto de guantes, gafas y barbijo.

En muchos casos, quienes se han concientizado, tapan este agujero con cinta de embalar.

Cabe recordar que este equipo es eléctrico, posee una consola básica de velocidad y tiempo conectada a un motor en íntimo contacto con el rotor. En caso de cortocircuitos, la utilización de guantes de látex aislarìa y prevendrìa el shock eléctrico, por lo que éste elemento no es solo una barrera contra los gérmenes.

Los tubos, aunque tapados, contienen elementos propios de la manipulación: volcamiento, goteo o cualquier contacto entre los guantes sucios y el tubo.

Cuanto más sean los peradores, mayor es el riesgo de contaminación y de infección.

Una buena centrífuga debe tener:

- Tapa hermética, en lo posible con apertura de seguridad cuando no esté girando el rotor.

- Llave de seguridad para que detenga su funcionamiento al abrirse accidentalmente la tapa.

- Cilindro de material lavable y desinfectable con posibilidad de extracción del rotor, el que podrá colocarse nuevamente luego de la higiene/desinfección.

- No presentarà volcamiento de sustancia alguna.

-Poseerá ficha de conexión a red muñida de conexión a tierra.

-Las lluces de encendido y funcionamiento deberán funcionar correctamente.

-Deberá poseer variador electrónico de velocidad (las resistencias con derivación son peligrosas).

- Los portatubos plásticos deberán ser fácilmente extraibles para sumergirlos directamente en solución de hipoclorito de sodio.

EN UNA CENTRÍFUGA LO IMPORTANTE NO ES LA VELOCIDAD, SINO LA G-FORCE

Para entenderlo: la g-f es la relación entre la velocidad y el radio formado entre el centro del rotor y el punto mas extremo al que llega el apéndice del tubo. Una centrífuga con baja velocidad puede llegar a centrifugar mejor que otra con mayor velocidad.

En todos los casos la manipulación del equipo y de la muestra se efectuarà con guantes, recordando que quien toque las perillas luego, estará en contacto directo con la suciedad biológica que los guantes han acumulado.